QUERIDO ABUELO
Abuelo recuerdo cada frase tuya como un consejo.
También recuerdo tus innumerables historias llenas de sabiduría, esas grandes memorias.
Recuerdo tu pelo blanco teñido por los años y esas manos que me acariciaban llenas de arrugas también por el paso del tiempo.
Quiero que me mires desde el cielo y sin decir nada cada día de mi vida te sientas orgulloso de lo que tú creaste con tu amor y tu ternura.
Hoy soy lo que soy por todo lo que tu me enseñaste por eso yo quiero hacerlo, quiero hacer lo mismo que tu hiciste conmigo, quiero poder enseñar a otros niños lo que tú me enseñaste, has despertado en mi esta gran vocación que es compartir conocimiento con los más pequeños y llegar así a ser yo también una abuelita para todos ellos, compartir esos momentos como un padre lo hace con sus hijos, como una profesora hace con sus alumnos.
Gracias por esos abrazos sin fin, gracias por estar siempre ahí.
VICTÓRIA P. MARQUÉS SÁNCHEZ
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